Tal vez me reste vida para seguir amando
O tal vez se me seque mi corazón errado,
Por causa de un amor que me tuvo cegado,
Sin saber cuando vino, ni aún sé como, ni cuando.
Abrazado a mi ensueño, viví siempre callando,
Amé a muchas a ciegas, pero seguí encerrado
En imposible anhelo de vivir a su lado,
Aunque entendía lo inútil de transitar soñando.
Hoy ya viejo y caduco, sé que todo venía
Del Señor, que mostraba que en sus brazos abiertos,
Por siempre, sin pesar, la paz encontraría.
Pero llegó el momento, en que por fin vería,
Que en el amor de Cristo, hay amores más ciertos,
Y es, por sangre y paciencia, el que más me quería.
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