domingo, 2 de octubre de 2011

ANHELO Y VENERO A MARÍA


Es tan dulce y tan tierna tu mirada
Que sueño con tenerla permanente;
Mejor es tu consuelo consecuente,
Que todas los halagos de la vida.

En necia trayectoria, ya perdida,
Vuelvo a ti con las ansias  de mi mente,
Y clamo, con anhelo deferente,
Tu mirada en mi alma, ya abatida.

¡Oh! Madre Santa del amor copioso;
Auténtica y munífica María
Que sabes al perdido dar consuelo

Así te espero ver en alto Cielo;
Y al divino Jesús con alegría
Cantar las glorias del celeste gozo.

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