miércoles, 30 de noviembre de 2011

MATER DIVINAE GRATIAE



 
El ángel del Señor habló a María,

Y un ¡sí quiero! brotó en su corazón,

No hubo ni reproche o discusión;

Solamente servicio en alegría.

.

Al Señor, su pastor, ella servía,

No atendiendo a ingenio o a razón;

Solamente aceptó en adoración

Por el amor que en su interior hervía.

.

La Gracia en humildad nos transmitía,

Por ser la portadora del amor

Que Dios en su clemencia nos rocía.

.

Su Gracia ha expulsado al detractor,

Y es la Gracia que en ella se mecía,

Engendrado del Espíritu Creador.

.

Dulcísima María

Eres del hombre su refugio y bien,

Y del Cristo, su madre y compañía.

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