martes, 19 de febrero de 2013

TU ERES LUMBRE, MARÍA



 
  
Has sido para mí como un brillante espejo
En ti capté la luz, en ti mis esperanzas;
Dejé de ir a remolque, corté locas andanzas,
Y has sido para mí, de Dios el fiel reflejo.

Eres la santa luz, el perfecto gracejo,
La lumbre inextinguible que brilla sin mudanzas
Y ayuda al caminante con sólidas pujanzas,
Y al fin, ya por el Cristo, confio sin complejo.

Me ha sida dada fe, y espero en la palabra
De Jesús hijo tuyo y el Espíritu Santo,
Y vivo sin agobio y aguardo el galardón.

Porque sé Quién sostiene, y también Quién me labra.
Son capaces de hacer que vacile ni un tanto
Ni fieras amenazas, ni fauces de león




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