domingo, 28 de octubre de 2012

VEN HACIA MÍ (SONETO)

 
Ven hacia mí, derrama tu mirada
Al pobre pecador que en ti confía
Sacando de prisión el alma mía,
Envuelta en tu esplendor, mansa y callada.

Aguardo con mi mente alborozada,
Mi espíritu radiante y en franquía,
Morar siempre confiado con María,
Mi madre, mi refugio y mi alborada.

En un futuro, pleno de contento
Espero con anhelo placentero
Contemplarla, momento tras momento.

Es tan magno el divino advenimiento,
De Cristo, inusitado y lisonjero,
Que ya no habrá más queja, ni lamento.

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