viernes, 5 de octubre de 2012

TE ROCIAMOS MARÍA



Te rociamos,  madre santa,
Del agua de nuestro amor,
Pues llevaste al redentor
Y por ello el salvo canta.

Y de tu misericordia yanta
El hambriento de dolor,
De tu fuente abrevador,
Que refresca su garganta.

Eres digna del respeto
De toda generación,
Ya sea silente y escueto.

Ya te anunció el paracleto
Que eres una entre un millón,
Y te ofrezco este soneto.

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