En mi noche en que brillan las estrellas,
María irradia por mi calabozo.
Ofrece andar camino tras sus huellas,
En senda que me lleva a un fin hermoso.
Y quise ser el niño, que en las bellas
Jornadas de mi cándido rebozo,
En celada mi amor, y tras sus huellas,
Me topé con Jesús, perfecto gozo.
Ahora, recorrido mi camino
En medio de este mundo corrompido,
Ensalzo de María su pureza.
Y necio, he recorrido un anodino
Trayecto de descuido; y acogido,
Exalto su prudencia y su grandeza.
Rafael Marañón
19 de Noviembre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario